Hola a todos y a todas, hoy es el día del libro y me gustaría que todos pensáramos en un libro, en una historia, en un cuento que siendo pequeños nos cautivó con su encanto... o que ahora, ya más mayores nos gusto por ... algún detalle que no somos capaces de describir.
A mí me gusta leer, ya de pequeña mi madre me regalaba cuentos y era uno de mis regalos preferidos, luego acudí a la biblioteca pública y seguí siendo una buena lectora...y ahora me sigue gustando leer. ¿Por qué me gusta leer? Pues no lo sé, pero la verdad es que me sumerjo en historias que nunca viviré, en pisajes que nunca veré y al final solo deseo saber lo que le ocurrirá al personaje o cómo acabará la historia....
Da igual lo que nos guste leer, pero si no leemos no nos gustará nunca y ¿sabes? así te perderás muchas historias...muchas,.... muchas más de las que crees.
MOZART Y EL ANTIMONIO
En otros tiempos, el antimonio no faltaba en el maletín de un médico, en forma de un medicamento que se utilizaba para inducir o provocar el vómito. La edad de oro dee los tratamientos con antimonio fue el siglo XVIII y una de sus víctimas más famosas pudo ser Mozart, que enfermó en otoño de 1791 Aunque su mayor rival, Antonio Salieri, afirmara años más tarde que lo había envenenado, no es muy fiable esta declaración ya que este padecía demencia senil.
Existe una teoría más avanzada, del Royal Free Hospital de Londres, que afirma que es posible que Mozart muriese envenenado por antimonio suministrado por su médico, no con la intención de matarle sino de curarle.
En el otoño de 1791, Mozart sufría una gran depresión, acentuada por las deudas, el exceso de trabajo y el vapuleo de los críticos a los que no les había gustado su último trabajo,
La clemenza de Tito. Además un extraño muy misterioso le había encargado que escribiese un requiem (obra para un entierro). A medida que avanzaba el otoño Mozart se fue obsesionando con la idea de quie lo estaba componiendo para su propio funeral....Mozart era hipocondriaco y se automedicaba continuamente. El 20 de noviembre tuvo fiebre, se le hincharon las manos, los pies, el estómago y sufrió muchos vómitos. Murió el 5 de diciembre, como no tenía dinero lo enterraron en una tumba para pobres. Se cree que su muerte fue por envenenamiento accidental, al recetarle su médico sales de antimonio para la melancolía.
